Visitar el Oasis es una experiencia que empieza en la ubicación, el monte Hacho. Los poco menos de 200 metros de altura sobre el nivel del mar son suficientes para poder disfrutar de unas vistas panorámicas de la costa mediterránea, tanto de la parte sur de la península ibérica como de la zona noreste del continente africano. Este entorno natural, poblado por chumberas, pinos, eucaliptos y coronado por una fortaleza de origen bizantino, es considerado además según la mitología como una de las dos Columnas de Hércules junto a Gibraltar. Una vez situados, pase, toca enseñarle nuestra casa, y a partir de ahora, también la suya.
Con la misma esencia del pequeño salón de té que fue en origen, el restaurante sigue siendo un acogedor espacio que desde los vivos colores de la entrada ya aventuran un deleite de sabores.
El que por primera vez llega a esta estancia tradicional queda prendado por los detalles de la artesanía árabe que lo decoran y aportan a este salón un ambiente cálido y embelesador.
De las muchas excelencias de Ceuta está su luminosidad, una claridad y alegría que se contagia en este rincón que posibilita saborear nuestros platos y contemplar a la vez mar, monte y ciudad.
El colofón de la visita suele tener forma de tetera y pastas artesanales, que para mayor placer las puede acompañar de la brisa marina de la terraza, con vistas a la unión del Mediterráneo con el Atlántico.